Conservación
de la biodiversidad
Los zoológicos tienen
objetivos como son la investigación, reproducción
y conservación de especies que están amenazadas
en peligro de extinción.
En este sentido CyberZoo está involucrado en programas
internacionales de cría en cautividad de especies amenazadas,
y participa en diferentes proyectos de recuperación
y reintroducción de vida artificial.
Las ideas utilizan
al ser humano para reproducirse
Conservar la vida, tanto natural
como artificial, en especial la de aquellas especies más
representativas de los hábitats amenazados de toda
la Tierra, debe ser el primer objetivo de todo zoo moderno.
Hemos pasado de los conflictos de la biósfera a los
de la infosfera: este será el nuevo escenario de la
lucha por la supervivencia.
La nueva ecología de la información implica
nuevas responsabilidades en cuanto a la tarea del conservacionista
y del aficionado a la biodiversidad.
Será en este ecosistema donde se desarrollen las más
diversas formas de vida artificial. ¿Pero cómo
podemos definirlas? ¿Cómo clasificarlas?
El escritor y naturalista posmoderno William Burroughs
afirmaba que la palabra es literalmente un virus que no ha
sido reconocido como tal por haber logrado un estado relativamente
estable de simbiosis con su portador humano.
Para el zoólogo Richard Dawkins, las ideas-genes
deben ser miradas como estructuras vivientes, no sólo
metafóricamente sino técnicamente. "Cuando
plantas una idea fecunda en mi mente, literalmente haces parasitario
mi cerebro, convirtiéndolo en un vehículo para
la propagación de la idea, de la misma manera que un
virus puede parasitar el mecanismo genético de una
célula del huesped."
Dios es un virus
Para este zoólogo inglés,
autor del libro "El gen egoista", Dios verdaderamente
existe, aunque sólo como un patrón en estructuras
del cerebro reproducido por las mentes de miles de millones
de personas por todo el mundo.
Pero no son sólo las ideas-genes
las que se propagan compulsivamente: Entre las figuras más
conocidas que se sintieron atraídas por las ideas de
Dawkins se cuentan el padre de la nanotecnología, Eric
Drexler así como también Richard
Brodie. Brodie es señalado como el asistente
técnico de Bill Gates y autor de la versión
original del Microsoft Word. Podríamos
preguntarnos si la reproducción de esta contagiosa
pieza de información no debe compararse a la de una
plaga, desplazando a otras especies de su hábitat natural
y haciendose entonces presa de otros cuantiosos pero pequeños
predadores, más conocidos como virus informáticos.
El arte como reservorio de virus latentes
Si bien la comunicación es el lugar
natural de contagio de toda vida artificial, la disímil
evolución de cada medio nos enfrenta a nuevos desafíos
a la hora de abordar la tarea de clasificar a las distintas
especies y de detectar aquellas que se encuentran en peligro.
¿Cuáles son las especies promovidas por la televisión?
¿Cuáles amenazadas se agazapan en Internet?
¿Cuáles se mimetizan como especies inofensivas
para diseminarse libremente a través del medio cultural?
¿Cuáles reaccionan a la censura desatando su
costado más virulento?
Pero además del contagio directo
(de cerebro a cerebro) existen otras formas de propagación:
son aquellas que se basan en la reproducción más
allá del portador humano. Piezas de información
que yacen dormidas (como los jeroglífos egipcios) en
textos escondidos o intraducibles, o bien encriptados en imágenes,
esperando a ser reactivados para infectar a futuros portadores.
El arte ha sido entonces históricamente,
el lugar elegido por las formas de vida más radicales
para superar el límite que supone la muerte de un portador
humano y por ende el peligro de su propia extinción.
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